EL PUEBLO

Conques es un pueblo que ha sabido preservar su autenticidad. Situado en lo alto de una montaña, la aglomeración encierra la abacial Santa Fe en un vasto segmento circular.

EL PLANO DEL PUEBLO

Un plano de visita permite un descubrimiento profundo. Visitas guiadas propuestas en las temporadas.
Informaciones en la Oficina de Turismo.

 

LAS MURALLAS Y LAS PUERTAS DEL PUEBLO

Conques es un pueblo que ha sabido preservar su autenticidad. Situado en lo alto de una montaña, la aglomeración encierra la abacial Santa Fe en un vasto arco de círculo. El plano original, el de la Edad Media, se conserva en sus grandes líneas.

Un pueblo cerrado

Desde su origen o poco tiempo después, Conques se convierte en un pueblo cerrado, uno de los primeros de Rouergue probablemente. La construcción de las murallas comienza desde la época románica, como lo demuestra su arquitectura de tres portones, todavía existentes.

El trazado del emplazamiento (un rectángulo de 250 metros por 150 aproximadamente, orientado norte-oeste/sur-este) se encuentra perfectamente visible, en la parte alta del pueblo, a proximidad del Centro Europeo, y sobre todo en el sector que rodea el cementerio actual y el claustro, en la parte superior de la rivera del Ouche. Ahí, las murallas sirven de muros de contención para los edificios de la abadía, lo que explica su enorme conjunto de esquistos y sus contrafuertes, desconocidos en otros lugares.

Las puertas románicas

La Puerta de Hierro, una simple poterna, posee un dintel triangular idéntico por su forma al del portón sur de la abacial, mientras que los otros dos, las puertas de Barry (o de faubourg) y la de Vinzelle, bóvedas de medio punto, se abren exteriormente por un arco de medio punto doblado de un arco de descarga.

Solo algunas torres se encuentran en pie, más o menos intactas, principalmente la que defendía la Puerta de la Vinzelle, al noreste y la torreta con voladizo del cementerio.

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LOS HORNOS DE PAN Y LAS FUENTES PÚBLICAS

Los hornos de pan

Por miedo a un incendio, se tomó la precaución de instalar los hornos de pan fuera de las murallas.

Todavía existen dos, reconstruidos en la época moderna, uno delante de la antigua Puerta de Fumouze, en el «final del pueblo», el otro en la fosa que rodea la muralla occidental.

Las fuentes públicas

Conques tiene también el privilegio de conservar sus fuentes, de la época románica, todas concebidas con el mismo modelo. El agua de la fuente, captada por una canalización de piedra, se vierte en un aljibe subterráneo mamposteado y cubierto por una bóveda cóncava; el acceso es por la calle por una abertura de medio punto.

En el siglo XII, la Guía de los peregrinos de Santiago de Compostela señalaba, la fuente de Plô, en la parte inferior de la plaza de la iglesia: «Delante de la puerta de la basílica corre una excelente fuente donde las virtudes son mucho más admirables de lo que uno se imagina ». Su aljibe se hunde en el suelo, desde la plaza hasta la altura del portón de la abacial.

La fuente de Fumouze, que acogía a los peregrinos al final de su larga etapa, ha conservado los brocales destinados a recibir los baldes. Y las dovelas de su arco, en calcáreo amarillo, muy bien aparejadas, parecían idénticas a los de sus contemporáneos de la iglesia románica o del claustro. La fuente de Barry, en fin, se sitúa, ella también, fuera de los muros, al borde de la calle Carlomagno que permite llegar a los barrios bajos del pueblo donde se concentraban, en otros tiempos, las actividades artesanales (molinos, curtidurías...).

LA CAPILLA DE SAN-ROCH   

La capilla de San-Roch (siglo XV), enclavada en su peñasco rocoso, recuerda la existencia, en ese lugar del castillo primitivo de Conques, certificado desde el siglo XI.

 

EL PUENTE DE LOS PEREGRINOS LLAMADO «PUENTE ROMANO»   

El puente romano, designado así ya que él era (y es todavía) tomado por los peregrinos o caminantes, permite cruzar el Dourdou.

Desde 1998, la abacial Santa Fe, está inscripta en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, en la parte relacionada con los caminos de Compostela en Francia.

 

 

LA CONSTRUCCIÓN TRADICIONAL

Las casas antiguas del pueblo son de finales de la Edad Media. La adaptación a la pendiente del terreno y la utilización de los materiales locales confieren una gran unidad al habitad de Conques, sea cual sea la época de la construcción. Situadas en niveles en la ladera, las casas tienen orientadas sus fachadas principales hacia la región del mediodía-pirineos y ellas poseen dos entradas. Las de las plantas bajas, abiertas hacia la calle inferior, y las de la primera planta, abiertas hacia un jardín o hacia la calle superior. Según un dicho local: «En Conques, se entra por el granero para salir por el sótano». El sótano se encuentra muy presente en esta antigua región de viticultores, a veces yuxtapuesto a una tienda. Cada emplazamiento ha sido cavado en la roca, y, para prevenir los desprendimientos, un arco de descarga viene a apoyarse a menudo contra la pared del fondo.

Los materiales de construcción: esquistos, gres, calcáreo

El esquisto reina en todos lados. Extraído in situ, se utiliza, no solamente para las piedras de construcción de los muros, también se usan como losas para las cubiertas y los adoquines de las calles. Las cubiertas altas con reflejos de plata, con claraboyas y torres, contribuyen mucho al encanto del pueblo. El esquisto deja lugar a la piedra a tallar, al gres rosa o gris, al granito más raramente, para los marcos de las puertas y de las ventanas. En fin, el bello calcáreo amarillo de la iglesia, el « rousset » se encuentra, en todos lados, en las construcciones, a veces en forma de columnas o de fragmentos tallados, provenientes de los edificios monásticos románicos. El pillaje de los materiales por los habitantes alcanza su mayor magnitud en las primeras décadas del siglo XIX, después de la demolición del claustro.

Las fachadas con entramado de madera y bóvedas 

La originalidad de Conques radica también en sus fachadas con entramados de madera edificadas con la misma técnica, desde el siglo XV, hasta aproximadamente el 1900: entramados de madera colocados en forma oblicua o en X con un relleno de esquistos. Las fachadas más bellas tienen dos plantas con bóvedas, soportadas por vigas con cabezas talladas en consola. Para el que la contempla desde el sitio de Bancarel, por ejemplo, las casas viejas de Conques forman, conjuntamente con la abacial Santa Fe que da la impresión de aplastarlas, un conjunto indisoluble de un paisaje pintoresco excepcional.

 

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