EL PLANO DEL PUEBLO
Un plano de visita permite un descubrimiento profundo. Visitas guiadas propuestas en las temporadas.
Informaciones en la Oficina de Turismo.
Conques es un pueblo que ha sabido preservar su autenticidad. Situado en lo alto de una montaña, la aglomeración encierra la abacial Santa Fe en un vasto segmento circular.
Un plano de visita permite un descubrimiento profundo. Visitas guiadas propuestas en las temporadas.
Informaciones en la Oficina de Turismo.
Conques es un pueblo que ha sabido preservar su autenticidad. Situado en lo alto de una montaña, la aglomeración encierra la abacial Santa Fe en un vasto arco de círculo. El plano original, el de la Edad Media, se conserva en sus grandes líneas.
Por miedo a un incendio, se tomó la precaución de instalar los hornos de pan fuera de las murallas.
Todavía existen dos, reconstruidos en la época moderna, uno delante de la antigua Puerta de Fumouze, en el «final del pueblo», el otro en la fosa que rodea la muralla occidental.
Conques tiene también el privilegio de conservar sus fuentes, de la época románica, todas concebidas con el mismo modelo. El agua de la fuente, captada por una canalización de piedra, se vierte en un aljibe subterráneo mamposteado y cubierto por una bóveda cóncava; el acceso es por la calle por una abertura de medio punto.
En el siglo XII, la Guía de los peregrinos de Santiago de Compostela señalaba, la fuente de Plô, en la parte inferior de la plaza de la iglesia: «Delante de la puerta de la basílica corre una excelente fuente donde las virtudes son mucho más admirables de lo que uno se imagina ». Su aljibe se hunde en el suelo, desde la plaza hasta la altura del portón de la abacial.
La fuente de Fumouze, que acogía a los peregrinos al final de su larga etapa, ha conservado los brocales destinados a recibir los baldes. Y las dovelas de su arco, en calcáreo amarillo, muy bien aparejadas, parecían idénticas a los de sus contemporáneos de la iglesia románica o del claustro. La fuente de Barry, en fin, se sitúa, ella también, fuera de los muros, al borde de la calle Carlomagno que permite llegar a los barrios bajos del pueblo donde se concentraban, en otros tiempos, las actividades artesanales (molinos, curtidurías...).
La capilla de San-Roch (siglo XV), enclavada en su peñasco rocoso, recuerda la existencia, en ese lugar del castillo primitivo de Conques, certificado desde el siglo XI.
El puente romano, designado así ya que él era (y es todavía) tomado por los peregrinos o caminantes, permite cruzar el Dourdou.
Desde 1998, la abacial Santa Fe, está inscripta en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, en la parte relacionada con los caminos de Compostela en Francia.
Las casas antiguas del pueblo son de finales de la Edad Media. La adaptación a la pendiente del terreno y la utilización de los materiales locales confieren una gran unidad al habitad de Conques, sea cual sea la época de la construcción. Situadas en niveles en la ladera, las casas tienen orientadas sus fachadas principales hacia la región del mediodía-pirineos y ellas poseen dos entradas. Las de las plantas bajas, abiertas hacia la calle inferior, y las de la primera planta, abiertas hacia un jardín o hacia la calle superior. Según un dicho local: «En Conques, se entra por el granero para salir por el sótano». El sótano se encuentra muy presente en esta antigua región de viticultores, a veces yuxtapuesto a una tienda. Cada emplazamiento ha sido cavado en la roca, y, para prevenir los desprendimientos, un arco de descarga viene a apoyarse a menudo contra la pared del fondo.